Mario Bunge [1] plantea el tiempo y el espacio, al modo de
Leibniz; como relaciones. No percibimos el espacio pero sí el
espaciado de las cosas. No percibimos el tiempo pero si la secuencia
de acontecimientos. Así, el espacio es el orden de los
coexistentes y el tiempo el orden de los sucesivos. De ahí se deduce
que para que exista el espacio debe haber al menos dos objetos y para
que exista el tiempo dos elementos secuenciales.
El otro día me decía la mujer, que había leído no sé donde
que habían ciertas cosas que solo se podían comprender por la
intuición. Otras, en cambio, solo se hacen accesibles desde la
razón. Es decir, cuando nuestra forma de pensar de serie se torna
inútil o incluso contraproducente es momento de pensar de otra
forma, lógicamente (pero la formal no la del “sentido común”).
De hecho, ese tipo de razonar, es similar al uso de herramientas. Tal
como tomamos una piedra para machacar una nuez, nos forzamos a un
tipo de pensamiento que nos lleva a unas conclusiones, a las que la
intuición difícilmente nos hubiera llevado.
La explicación espacio temporal de Bunge me ha hecho recordar
algún momento, que viendo algún reportaje, o leyendo algún texto
divulgativo dicen aquello que en el Big Bang se creó el tiempo y el
espacio. Por lo general, mientras medito en estas cuestiones
suelo mesarme la barba con la mano derecha, envuelto en la sabana que
llevo a la lavadora cual sabio griego y me digo: –Es lógico, si
antes no había nada y con el Big Bang todo se crea, de ahí debe
salir el Tiempo y el espacio. –Pero, entonces me doy cuenta que mi
mano izquierda, a trepado hasta mi coronilla y me la rasca torpe y
lentamente. A esa sublevación se suma mi labio inferior que decide
colgar inerte para terminar de convertirme en el reflejo de un simio
anonadado. No, desengañémonos, desde el sentido común, de la
lógica de andar por casa esas cosas no se entienden. Se aceptan a lo
más. Sin embargo, la forma aséptica, matemática, de tratar el
espacio y el tiempo que señalaba Leibniz nos hace más accesibles a
la razón esos conceptos. No hemos de olvidar que la cosmología, se
realiza sobre una pizarra, resolviendo ciertos tipos de ecuaciones.
Una de mis largamente sostenidas quejas es que en la divulgación,
al simplificar algunos conceptos los hacen más inaccesibles que
antes. Pueden imprimir la falsa concepción de comprender y lo que se
comprende es la alegoría que se utiliza para explicar el fenómeno
que sea. Circula un anécdota sobre Eintein (supongo que apócrifa
como la mayoría) en la que un periodista le pregunta al científico
si podía explicarle lo que era la relatividad y le respondió que
si el podía explicarle cómo se fríe un huevo, pero, que se
imaginara que él no sabía que era el fuego, el aceite, una sartén
ni un huevo.
Con esto vengo a decir que sería más interesante introducir como
se piensa, como se llega a ciertos conocimientos que otra cosa. El
problema de una buena divulgación es que le quita el misterio a las
cosas, queda la maravilla pero se va la fascinación de lo mágico,
de lo milagroso. Pese a que mis conocimientos son muy limitados, creo
que cierta divulgación no es más que entretenimiento puesto que no
aporta un conocimiento real. Supongo que el caso más sangrante es el
de la mecánica cuántica que al final viene a ser la física atómica
moderna e intuyo que extender las propiedades que exhibe un electrón
a las de un ser humano puede resultar fantástico pero no es lo más
pedagógico del mundo. Epistemología, eso es importante. Muy
importante. Saber cómo sabemos las cosas.
Antes de finalizar, en linea similar, quería hablar sobre un
artículo [2] que versa sobre si las matemáticas son inventadas o
descubiertas. Es una discusión muy larga, pero me ha parecido
interesante la perspectiva que presenta el artículo que es la de
Karl Popper. Sucintamente, viene a decir que las reglas las
inventamos, pero las conclusiones las descubrimos. Inventamos un
sistema de numeración y unas reglas para sumar, que 2+2 son 4 lo
descubrimos. Vendría a ser como inventar el ajedrez y descubrir la
defensa siciliana. Si les interesa lean el articulo es sencillo y
corto. La matemática, puede considerarse que crea universos
(conjuntos de elementos con sus leyes), y una vez dentro de ellos,
descubrimos las conclusiones necesarias.
Digo esto último puesto que B. Peirce, definía las Matemáticas
en la primera linea de su Lineal Associative Algebra [3] de 1882, como the sciece whitch draws necessary conclusions.
Citas
[1] Mario Bunge. A la
caza de la realidad. Gedisa. 2006. Barcelona. Pág.335.
[2] Eduardo Harada. Las
matemáticas ¿descubiertas o inventadas? La respuesta del realismo
constructivista. Ciencia ergo sum. (12)2. 2005. Universidad Autonoma
del Estado de Mégico, Toluca. Pág. 193-198.
http://www.redalyc.org/pdf/104/10412212.pdf
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