Un alumno fotografía a sus compañero tapados con mantas en un centro educativo ya que debido a los recortes presupuestarios no se pone la calefacción. Parece que colgó la fotografía en su Facebook y esta terminó medios de comunicación.
¿Qué hace la dirección del centro? ¿darle un premio por denunciar la situación? ¿encomiar su conciencia social? ¿recapacitar, convocar una reunión con las familias y buscar una solución democrática y consensuada adecuada a la situación, a la vez que se estudia como es que hemos llegado hasta aquí?
No, se expulsa al alumno por desprestigiar al centro. Hay que decir que no se puede utilizar la argucia de la privacidad de los alumnos para justificar la expulsión, ya que estos compañeros están solidarizados con el alumno que sacó la fotografía.
¿Es eso raro? No; eso es lo normal (en su acepción estadística). Si usted denuncia cualquier caso de corrupción o de mala práctica, de una institución o sujeto con más autoridad o poder que usted o la institución que usted represente, terminará amablemente represaliado en el mejor de los casos. Y si le hacen caso, no será en absoluto por un sentido de justicia si no porque calcularan que pueden salir mal parados. ¿Acaso cree que los dirigentes no saben como están las cosas? ¡de sobras que lo saben! Pero todo el mundo mira para otro lado. Por algo dicen que la justicia es ciega...
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