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El ciudadano medio
cuando cada cuatro años elije una papeleta entre un puñadito y la
pone en una urna no se siente menos que George Washington firmando
la constitución de Estados Unidos. Es una suerte de comunión laica,
solo que se reemplaza la papeleta por la ostia y la urna por la boca.
Así, los que
trabajan en el arte de mentir y manipular pueden continuar diciendo
que están legitimados.
¡Si no votas no te
quejes! Se suele decir. Pero, ¿y si votas? Eso te hace cómplice,
incluso de lo que no votas. Tú, votante, legitimas el sistema.
Aunque no votaras al
Sr. Aznar, estaba legitimado para apoyar los bombardeos a Irak. ¿Y
la voluntad directa del pueblo? ¿Quién escuchó las manifestaciones?
Entonces, ¿no
sería mejor votar las decisiones y no a las personas? Pero eso no
interesa, mejor vamos a las urnas cada cuatro años, ponemos nuestra
papeleta y nos vamos con la conciencia limpia, no como esos que no
votan. Después que hagan lo que quieran yo voté al otro.
No digo que exista
un sistema mejor, solo que este es una burla. Al final oligarquías,
intereses fácticos y situaciones históricas son las que encauzan
el destino de los pueblos.
Negocios o
descubrimientos suben o hunden a los pueblos. La actitud de los
políticos es como la del surfista que intenta hacer creer que él
crea la ola. La máquina de Watts o la penicilina han hecho más por
el trabajador que 1000 Lenins. Internet ha hecho más por los negocios
que 2000 Thatchers.
Las políticas de un
país cambian cuando la población cambia. ¿Qué va a cambiar en un
país donde se torturan toros por diversión y uno de los mayores
orgullos es que el equipo de fútbol nacional triunfe? Eso es lo que
ha de cambiar y entonces cambiará la política (pese a que el
gobierno de un país no obedece solo a las representaciones que
escenifican los políticos).
A mi parecer, el
votante fantasea con la causalidad. No es que sienta que el votar sea
inútil, es que lo percibo como una burla. Si los políticos quieren saber
que han de hacer solo han de preguntarlo, yo se lo digo. Pero no
quieren eso, no quieren preguntar al ciudadano, solo que cada cuatro
años vayas a elegir entre un puñadito de papeletas y para casa.
¿No votar es
inútil? No lo creo. En Egipto en 2013 Al Sisi ganó las elecciones
con un 93% de los votos pero con un 54% de abstención. Saben que fue
lo siguiente que pasó, la primavera árabe.
¿Sabéis cual fue
el año con mayor abstención en número total de la democracia
española? A ver si lo adivináis. ¡Exactamente! el que coincide con
los movimientos del 15M (lo he mirado año por año, elecciones al
congreso: 1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008, 2011
http://www.infoelectoral.mir.es/min/busquedaAvanzadaAction.html). Así
que la máxima abstención coincide con el mayor avance “de verdad”
hacia la participación ciudadana.
La cuestión es que
todo el mundo sabe que con los trileros no se juega, pero después no
lo generalizan a los trileros más gordos de todos. Seguirles el
juego es la mejor forma que el sistema se perpetúe. ¿Entonces
anarquía? ¿Eso? En absoluto. La clave está en la sociedad misma,
no en los políticos. Es la primera la que ha de cambiar y entonces
la política lo hará. A la inversa no sucederá nunca. ¿Y como se
cambia la sociedad? Muy fácil. Cambiando a los individuos (Igual en
nuestro caso la única esperanza es como en “ la invasión de los
ultracuerpos” o la original “La invasión de los ladrones de
cuerpos”).
Como nota adicional
y tangencialmente relacionada, recomiendo la lectura de “Qué
difícil es ser Dios” de los hermanos Strugatski (existe la versión
cinematográfica, “El poder de un dios” 1990), donde un
visitante observa la maduración de una sociedad medieval de cierto
planeta sin intervenir, pero sintiendo en su carne y espíritu su
miseria.
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