viernes, 14 de diciembre de 2012

Lo milenario

Claude Lévi-Strauss, antropólogo de referencia, decía que los alimentos se comen de tres formas, cocidos, crudos o podridos. Sin duda, si debiera ofrecer una comida representativa de la humanidad a unos visitantes interplanetarios me decantaría por milenarios, y en ocasiones sagrados, alimentos podridos.


El Queso de Cabrales es sencillo y extraordinario como el amor verdadero. Ácido y embriagador, su profundo aroma monopoliza el sentido del que lo prueba. Es franco y rotundo. Con el Cabrales tal como con el amor cierto no valen las medias tintas.


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