Imagen solo enlazada
Al lado de la taza del váter tengo el cesto de la ropa sucia y encima de él siempre suelo dejar alguna revista o libro al que no le tenga demasiado aprecio, puesto que el baño es un lugar peligroso para el papel.
Estando en una labor
necesaria y mientras ojeaba el dominical del pasado domingo, me tope
con un artículo en que desmenuzaban un cuadro de Antonio Saura
Atares. Un montón de borrones grises y azulados. Lo interesante es
que ponían flechitas explicándolo. Se ve que no es pintura
abstracta porque el cuadro se llama “Clara” y “conserva la
referencia a un tema concreto”. Para cagarse, me dije. Esto, lo
ponen en serio. Una vez me leí un libro de Joan Brossa en que
explicaba eso del arte. Me alivió un párrafo en que decía algo
como que: claro que eso es un montón de paja pegada en un tablero,
pero el publico tiene que seguir el juego, si no, pues es un montón
de paja pegada en un tablero y no; “el viento de la primavera en
fluctuaciones adimensionales sobre el atardecer de la vida”
(Umberto Eco tiene otro parecido, a lo mejor un día me lo miro, lo
tengo por ahí. Lo encontré en un mercadillo).
Recientemente he
estado confeccionando diversas cosas. Hace meses que estoy enfrascado
en la construcción de un procesador de tejidos automático y hoy
mismo he terminado de hacer una dobladora de metacrilato y una mesita
de pino con ruedas y tablero lateral abatible para sostener un
microtomo de 40 kg. Esto viene a que, hace unos días, estando yo
plantado frente a un montón de cables, circuitos, motores, planchas
de metacrilato y perfiles de aluminio. Proclame (estando mi amada
esposa como público) “¡esto, realmente, es una obra de arte!”.
Y hoy, en el váter
me encuentro con un cuadro de brochazos comentado con flechitas.
Llámenme filisteo si quieren, pero el cuadro me parecen un montón
de borrones. Explíquenme la coyuntura histórica, la evolución del
pintor, lo que quieran... borrones. Pero, las flechitas, eso me ha
fascinado. Las flechitas explicando cada parte del cuadro de
borrones. Fantástico. Una obra de arte del parasitismo psíquico.
Ahí, con dos huevos. Voy y lo explico. Oye, mira que truño he
hecho, si quieres te lo explico.
Criticar el arte
moderno es una chorrada. Eso lo hacen a diario miles de personas en
cualquier bar. Yo lo que quiero es proclamar el arte verdadero, el
verdadero arte, el arte de verdad. El Arte y punto. El tío que diseña
los Casios, ese si que es un artista. Miren a su alrededor, el diseño
industrial. Eso si que es Arte. Y no me hablen de “Guarjol” con
sus potes del super y noseque del arte de las masa y toda esa
bazofia. Hablo de cosas de verdad, de cosas que se han tenido que
inventar, que se han tenido que crear y que sirven para algo, que
tienen un objetivo, una función, que transmiten algo real.
Miren, tengo un buen
ejemplo, un ejemplo espectacular e increíble, el mejor que van a
leer en sus vidas. Ahora vayan a la cocina enciendan el fuego y
pongan un tenedor sobre el fogón y regresen a leer mi ejemplo sobre
lo que es el arte. !Corran! ¿Ya de vuelta? Perfecto, continuemos. Pues esto es como el pandillero de IT,
(Eso, la película de los 90 -tienen que verla o haberla visto o
tener imaginación o humor para entender de que va este comentario-)
que se volvió loco y confesó falsamente los crímenes del payaso
(araña psíquica antropófaga realmente) y lo encerraron en un
manicomio. 30 años después, retornan los protagonistas que se
salvaron de morir asesinados por el payaso, pero ahora creen menos y
son más difíciles de matar, así que el payaso inspira al lunático
para que los mate, como el dice, tu estas vivo y no importa si ellos
creen o no para poder matarlos. De igual forma, cuando uno mira los
guarismos de un un reloj Casio, no importa que uno crea o no, es
arte. El diseño industrial, es al arte como un maniaco homicida
cinematográfico sin motivos pero con un cuchillo de cocina, mientras
que el arte moderno es como una débil araño psíquica antropófaga,
has de creer para que puede acabar contigo.
Por cierto, el arte
clásico, era artesanía de la época. En el fondo diseño
industrial.
Ahora, si regresan a
su cocina, encontraran que la parte del tenedor en contacto con la
llama estará al rojo (o muy caliente, no sé, del orden de 500º
para arriba, ahora mismo no quiero buscar la temperatura de la llama
de gas de la cocina, pero 500º ya nos nos sirven). Pues, ahora se lo
aplican al brazo (con cuidado de no quemarse la mano, coja el tenedor
con un paño) y así tendrá un recuerdo del ejemplo al asociarlo a
este doloroso y permanente hecho (también pueden considerarlo una
obra de arte si lo desean).
-Oye, Como te
hiciste esa quemadura en forma de tenedor.
-Ah, eso, siguiendo
las instrucciones nemotécnicas de un blog, realmente funcionan,
resulta que el arte verdadero es el diseño industrial que es como un
maniaco homicida con un buen cuchillo, pero el arte moderno es como
una araña psíquica antropófaga.
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