El peregrino venía a buscar
iluminación al Venerable, un viejo androide que llevaba años comprándose
las piezas de repuesto y los consumibles gracias a su fama de vidente y sanador
espiritual.
Después las protestas de los grupos por derechos de los
androides conscientes, lo caro de su mantenimiento y lo poco productivo que
resultaba. La empresa que lo construyo para la Feria Internacional de
Conciencias Artificiales, lo declaró empleado y lo despidió. A lo que la
administración le asignó automáticamente un número de desempleado pasando a ser
el primer ciudadano cibernético.
-Venerable, estoy confuso, vengo a aclárame. Deseo enfocar
mi existencia. En todo aquello que yo creía, en lo que fundamentaba mi vida, ha
perdido su sentido. No encuentro puntos absolutos.
Llevas algún aparato eléctrico Hijo?
Sí, el Telejota, el Neoa y el Megazeta.
Alargo las manos para acogerlos y se relamió al notar el
cosquilleo de la corriente continua en las manos. Llevaba días sin probar
bocado.
-Deliciosos –dijo,
devolviéndoles los aparatos totalmente descargados-
-Mira, no hay nada que aclarar.
¿Cómo que no?-contesto el peregrino-, mi vida es un
desastre. Bueno, mal, mal no me va pero, siento que algo no funciona.
-Todo depende.
-¿De qué depende?
-Del cristal con que se mire, todo depende, lo dijo un
filosofo muy sabio de hace mucho tiempo.
-¿Sí?
-Espero que te guste, y ojalá te guste, LOL y mucha suerte.
-Venerable... con todos los respetos...
-Vamos a ver... ¿qué crees que te puedo aclarar con
palabras?
-Pero no me aclaras...
-Lo que te convenciera y “pimpampum bocadillo de atún” tendrán el mismo
valor. Pero si así lo quieres... –y
empezó a decir con voz solemne- hijo mío, somos polvo de estrellas, tú estas
aquí casualmente, pero el cosmos es modificado por tu existencia, quién sabe
las trasformaciones que tu existencia
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