Cuentan que (hace, mucho, mucho tiempo) un aprendiz de filósofo, paseaba por un jardín, fantaseando sobre las grandes obras y fama, que alcanzaría cuando dominara su saber.
Le despertó de su meditación el orgulloso busto de un actor, labrado por las hábiles manos de un maestro escultor.
El vivo los miro largamente.
Como el de un necio razona mi fatuo corazón –se dijo-. La fama es pasajera y no merece ser ambicionada .
Y se alejo de las duras y fantasmagóricas efigies, hacia donde zumbaban los insectos y los árboles crecían libres del cuidado del jardinero.
Busto de Lleó Fontova (actor). Parque de la Ciutadella. Barcelona. Esculpido por Pablo Gargallo.
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