miércoles, 10 de agosto de 2011

La delirante condición humana.

 Imagen solo enlazada.

"Entonces, ¿cuál es el método terapéutico de Wittgenstein? No le interesan los argumentos para sostener una teoría, como ocurre en gran parte de la filosofía tradicional.
Más bien nos enseña a utilizar una capacidad crítica desestabilizadora, con el fin de fracturar las unidades artificiales que construimos con la mente, para que podamos distinguir las diferencias."

En: John Heaton. (2002). Wittgenstein para principiantes.Buenos Aires: Era naciente

¿No daremos siempre vueltas a las mismas cosas? Redescubriendo la sopa de ajo, vez tras vez. Mire señorita:
http://es.wikisource.org/wiki/Tao_Te_King

2 comentarios:

Amaya dijo...

Y una vez fracturadas esas unidades artificiales de nuestra mente, ¿qué nos queda?
Cuando el nombre de las cosas son sólo nombres y no cosas, cuando emplear significados pierde su significado... y al final te parece que no sabes nada de nada (como de hecho, ya intuías)... ¿en qué sentido te afecta eso "terapéuticamente"?

Toni dijo...

Debo documentarme y meditar más en este asunto señorita.

Tal vez se puede romper el embrujo de tomarnos la "realidad" como real. Me llama la curiosidad que en los delirios, excepto los de clara etiología neurológica, raramente se delira sobre que "un tenedor sea para comer sopa", parece que casi siempre es algo social o de identidad. Precisamente el ser humano se ve obligado a representar su papel en cualquier sociedad impregnadísima de contenidos simbólicos. Así, quizás la condición humana sea delirante y lo que entendemos por delirio (excepto los más desorganizados), sean causa de un malfuncionamiento de esa maquina de asignar sentidos coherentes a cosas que de por sí no la tienen. Es una cuestión interesante, y quién sabe si no fructífera.