jueves, 28 de julio de 2011

Otra sobre primatología.

En un capítulo del libro "Sexualidad, psiquiatría y cultura", patrocinado por una compañía farmacéutica, he encontrado un capítulo curioso: "Sexualidad y primatología", ahí lo tienen tal como lo recoge Google Books.

Realiza un brevísimo repaso a las estructuras sociales típicas de los primates, apunta algunas estrategias reproductoras, dedica un apartado especial a los bonobos (no sé qué lo justifica, al menos más que cualquier otro. Supongo le dedican especial atención arrastrados por ese mito de que están más cercanos a nosotros en conductas sexuales que otros antropoides. Supuesto insostenible, pero no me entretendré a discutirlo ahora). Finalmente reseña algunos conocidos estudios de Harlow.

Resulta curioso, principalmente por señalar la importancia y el interés de la primatología para la correcta comprensión del ser humano en un texto médico.

Este hallazgo me ha llevado a reencontrar a una autora llamativa: Donna Haraway, que ya fue materia de alguna asignatura de estas de corte postmodernista que reconozco que se me atravesó un poco (Sociogénesis de la ciencia, o algo así). Bueno, al grano; que tiene un libro, “Primate visions”, en que de alguna manera también señala el interés de la primatología para reinterpretar al ser humano.

Aquí un comentario de la Wikipedia sobre este libro.

“La mira de Haraway es que la ciencia “revele los límites e imposibilidades de su 'objetividad' y que considere algunas revisiones recientes ofrecidas por primatólogas feministas” (Russon, 10). Una experta en su campo, Haraway propuso una perspectiva alternativa de las ideologías aceptadas que continúan moldeando la manera en que se crean historias científicas sobre la naturaleza humana.”

Y con esto ya está el apunte hecho. Colorin colorado este post ya se ha acabado. bueno, no: ahora.

1 comentario:

Amaya dijo...

Pregunta:

¿se puede ser "primatóloga feminista"? ¿o "científica feminista"?

Dicho así, genera suspicacias que alguien de una profesión cuya bandera sea la objetividad esté también consagrada a los intereses de un objeto concreto.

Yo supongo que un científico, a la hora de enfrentarse a su ciencia, debería estar libre de todo aquello que le empuje a cometer sesgos.

Otra cosa distinta es si es primatóloga y feminista (o química y amante de las alubias pochas). Si se mantienen separados, los gases de las alubias no tienen por qué contaminar sus investigaciones... XD