lunes, 30 de mayo de 2011

El peso de la palabra.

Job 19:2.
¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma,
Y me moleréis con palabras? 

3 comentarios:

Amaya dijo...

A lo que le podría responder Lao Tse:

«Las palabras verdaderas no son agradables, y las agradables no son verdaderas»

Toni dijo...

Y Shakespeare, recordaría:

Polonio- ¿Qué leéis, mi señor? Hamlet- Palabras, palabras, palabras.

Amaya dijo...

Paradojas del ser humano: restarle valor a la palabra con la misma.

Palabras: instrumentos del demonio y de la providencia, fuentes de bienestar y de tormento, amadas y vilipendiadas.

¿Quién hubiese sido Shakespeare sin ellas?