Dicen que la realidad no puede ser aprendida. Seguramente sea cierto, aunque tampoco eso puede saberse. En esta duda el ser humano escruta su exterior y se auto-explora por medio de la introspección.
Lo que tal vez sea cierto es que el hombre empieza a corromperse, a hacerse infeliz, cuando en su duda o ignorancia, le vence la apetencia por las certezas, por lo palpable, y la sacia adorando a divinidades inferiores.
Feliz o tristemente (o quizás sin ninguna emoción definida), lo único que podría hacer sería dialogar con quien le conteste, sin pretender encontrar ninguna guía.
Feliz o tristemente (o quizás sin ninguna emoción definida), lo único que podría hacer sería dialogar con quien le conteste, sin pretender encontrar ninguna guía.
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