sábado, 31 de mayo de 2014

El Sr. Spock va al mercadillo


Por lo general, para comprar libros sin precio en el rastro o mercadillo, suelo pedir un precio general y después cojo el libro que me interese.

Hoy mi técnica ha fallado estrepitosamente.

En el primer caso, me indicaron precios de 1 o 2€, pero al coger tres libros de ajedrez, me dijeron, “Ah! Pero esos son de ajedrez, esos son a 5€” –después de pensar durante por más de 5 segundos-. Cambiando el precio a posteriori.

En el segundo caso, conseguí el precio de unos cómics de tapa dura; 2€, al coger varios de Tintin, la respuesta fue, “ disculpa pero es que los de Tintin va a 3€”.

Así que el ser humano, no tiene problema en cargarse en las normas que el mismo establece si ve que puede sacar más beneficio.

La pobre opinión que tengo de mi especie, se acrecienta cada vez que me enfrento a la realidad etológica de su naturaleza. 

En contraste, en una parada con libros marcados a diferentes precios, había algunos sin etiqueta. El precio mínimo era de 3€ (el puesto era algo más profesional que los otros). Cogí uno diciendo; “este que está sin marcar, a cuanto”. Lo sostuvo, medito unos instantes y dijo; “2€”. Para mi tenía cierto valor, un libro de meditaciones metafísicas de Leibniz, el padre del cálculo diferencial junto con Newton. Pero para el tendero no, de ahí, creo, un precio inferior al mínimo de las etiquetas de su puesto.

¿Qué sucedió en los otros dos casos?

En primer lugar, el tendero identificó el valor del libro; cualquiera puede saber que “Ajedrez” y “Tintin” pueden permitir acrecentar el precio.
Sin embargo, algo diferente que yo hice (respecto a otras ocasiones que el precio se mantuvo) fue coger varios elementos del mismo tema a la vez. Creo que eso empujó a los primitivos tenderos sin palabra ni dignidad a cambiar el precio a posteriori (ese hecho, a parte que les ratificaba que el material tenía valor, la cantidad a ganar se multiplicaba por el número de los objetos).

Las estrategias a seguir son dos:
  1. Confrontar el último precio. E intentar que lo mantengan (aunque... no tengo ganas de pelearme –me parece más agresivo que el regateo-).
  2. Coger un único objeto, pagarlo. Y después coger el resto. (tipo: "disculpe, también me llevaré estos" -es más difícil que cambie el precio y si lo hace si cambia el precio, ahí se quedan-).
Por supuesto, si me cambian el precio, no les compro. 



Me parece muy interesante comprobar esta hipótesis. El próximo día que vaya al mercadillo tengo que hacer un trabajo de campo. El protocolo es el que sigue:


  • Buscaré un puesto sin precios e identificare un grupo de libros de la misma temática que no valgan una puta mierda. 
  • Conseguiré el precio general para después coger el grupo de libros antes comentados con cara de que tengan algún valor (eso para contrarrestar que no sean nada que el tendero reconozca –incluso algún compinche señalará sorprendido lo interesante que es la colección-). 
  • Volveré a pedir el precio de los libros. 

¿Se verificará mi hipótesis de cambio de precios?

lunes, 26 de mayo de 2014

Receta para hacer un agujero negro con una canica


Para que un cohete pueda escapar de un planeta, la energía de su movimiento, es decir su energía cinética ha de ser mayor que toda la fuerza que puede ejercer el planeta sobre la nave. Por supuesto existen fórmulas para estos cálculos.
 Si queremos saber la velocidad de escape solo tenemos que igualar las fórmulas para la energía cinética de la nave y la atracción gravitatoria potencial del planeta y obtener la velocidad: $$\frac{1}{2}mv^2 = - \frac{GMm}{r}$$ $$v= \sqrt{\frac{2GM}{r}}$$ ¿Qué es en esencia un agujero negro? Un objeto tan denso que su gravedad no deja escapar siquiera a la luz.

 Imaginemos que tenemos una canica de un radio de 1 cm ¿cuánto debería pesar para que se convirtiera en un agujero negro? Pues bien, tenemos todo lo necesario para descubrirlo. Necesitamos calcular la masa de una esfera de radio 1 cm para que la fuerza potencial de su gravedad sea igual a la energía potencial de un hipotético objeto a la velocidad de la luz.
 Vamos a la fórmula y representamos la velocidad de la luz por c. $$\frac{1}{2}mc^2 = \frac{GMm}{r}$$ $$ r = \frac{2GM}{c^2}$$ Y como el radio era 1 (G es la constante de gravitación universal): $$ 1 = \frac{2GM}{c^2}$$ $$ \frac{c^2}{2G}=M$$ $$ \frac{(3*10^8)^2}{2 \cdot 6,67*10^{-11}}= 6,74 *10^{26} kg$$ La tierra pesa unos \(5,9 *10^{24}\) Kg (5,9 cuatrillones de kilos), pues el peso de nuestra canica tendía un par de ceros más, es decir, debería pesar lo que unas 114 Tierras. Ya saben, cuando vayan a comprar canicas adviertan, dame una que pese, pero no más de unas 100 tierras, no me quiero cargar el sistema solar. Por cierto, el valor de ese radio (el necesario para un agujero negro) se le conoce como radio de Schwarzschild.

jueves, 8 de mayo de 2014

Los mejores instrumentos de escritura

Les revelaré los mejores instrumentos de escritura que conozco. Curiosamente no son caros, pero cumplen con su cometido a la perfección. Los objetos que les aconsejaré no son vistosos, más bien parecen de los años 50, y de hecho alguno lo es. Son los típicos utensilios que usted querría llevarse a un lugar recóndito de la tierra cual un Indiana Jones del escritorio, confiando en su durabilidad y calidad.

Como bolígrafo, el modelo Jotter de Parker fue el primero que la compañía hizo, allá en el 1954 (la empresa Reynolds Internacional Pen Company, comercializo el primer bolígrafo con éxito allá en 1945; el “Reynolds Rocket”).  El Jotter, pueden encontrarlo hoy en día, con su cremosa escritura y su sólido y mecánico “clic-clac” por menos de  10€, fabricado en Inglaterra.

El Parker Jotter 
(Imagen solo enlazada)


Recientemente he descubierto un modelo de Staedtler que es la perfecta compañía del bolígrafo, el modelo Retro 0.5, la mitad del cono metálico de la punta es retráctil, el pulsador tiene dos posiciones una para sacar y esconder la punta y la otra para sacar la mina de grafito. El plástico tiene un tacto que recuerda a la baquelita, similar al plástico del Jotter de Parker. El portaminas esta fabricado en Japón y me costó menos de 3€. Para que la experiencia de escritura sea ideal han de cambiar la mina típica de dureza HB por una de 2B, algo más blanda que da un trazo más oscuro y se desliza más suave. Hay quien prefiere el diámetro 0.7mm sobre el 0.5mm (existe versión para este modelo, pero después de probar un portaminas BIC de 0.7mm, me mantengo en mi consejo: Staedtler retro 0.5 con mina de 2B: difícilmente mejorable). 

Staedtler retro 0.5 
(imagen solo enlazada)


Como último: la goma. Sin duda Milan, creo que no es necesario que les hable de sus bondades. En particular, el modelo Nata 648 me parece bueno. Es ligeramente más compacta que la famosa 430, más pequeña y blanca. Milan tiene muchos modelos, para gustos colores, composiciones y formas.  
(Imagen solo enlazada)

Y hasta aquí mis recomendaciones.