lunes, 25 de junio de 2012

La ciencia es cosa de chicas

Un anuncio de la Comisión Europea para promocionar los estudios de ciencias entre las féminas ha puesto de relieve ciertos arraigados estereotipos. Vean:



Como es bien sabido, el prototipo de científico masculino es un varón barbado y con gafas de pasta, con cierta actitud beatifica y que de tanto en tanto, mira al infinito trascendentemente guiado por su portentosa inteligencia y por su no menor sensibilidad. Una figura trágica y noble al mismo tiempo, casi una especie de redentor moderno. 

 Sin embargo (tal como se ocupa de recordar la Comisión Europea), el prototipo de científica femenina es una pueril señorita vestida con una bata banca (tipo minifalda) y con un sugerente escote. Normalmente va al laboratorio para juguetear con los líquidos de colores (por lo general rosas) y asombrarse/asustarse ante las reacciones químicas. Su carrera científica se basa en dos principios: 1) Acostarse con los catedráticos. 2) Seducir tontunamente a compañeros de escasas habilidades sociales para que realicen el trabajo por ellas. 

Aunque, parece que finalmente la campaña han utilizado ejemplos de mujeres reales, dedicadas a la ciencia que sorprendentemente no encajan con el estereotipo. 

Nota para necios.

Ya que de vez en cuando me he topado con críticas por alguna ironía o reducción al absurdo que he hecho, me veo obligado a recalcarle, si es el caso que sea usted un neci@ redomad@ (aunque es raro que los necios lean este blog, más bien son las personas inteligentes y atractivas, esta humilde bitácora no es inmune a los eventos extraños), que los comentarios anteriores hacen referencia a ideas sexistas erróneas, tanto sean negativas como positivas. 

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