sábado, 17 de diciembre de 2011

Hablar por no callar.



El otro día escuché a una cantante, haciendo de locutora en Radio3, que me hizo pensar en que hay que tener una mínima idea de lo que se está hablando, al menos (¡por el amor de dos!) una opinión formada más o menos coherente.

Pero no voy a criticar a nadie, me aplicaré lo que le oigo gritar a mi vecino del 3º 2ª cada vez que se corta la luz; enciende una vela envez de maldecir a Fecsa.

Bueno, sobre los vinilos y la música (que decía la muchacha). Si el sonido de los vinilos es mejor que el de los CD no es realmente una cuestión técnica. El oído humano tiene unos límites y más allá de ciertas frecuencias no se aprecia diferencia (aquí un post con cuestiones técnicas). Se trata de una cuestión artística, experiencial, sibarita, estúpida o incluso de recreación histórica.

El tema es fácil de entender (aunque no para nuestra obtusa locutora, bueno, vale, que ya he dicho que no la criticaría), por ejemplo ¿por qué hay gente quiere prefiere un vehículo de los años 70? ¿Son mejores? No, en general son ineficientes y pesados. Pero hay a quien las tiene casi por sagradas reliquias. ¿Quién pinta mejor Goya o EPSON? Sin embargo mucha gente se toma la molestia de ir al Prado a ver el Saturno devorando a una pseudolocutora de Radio3.

Bien, bueno, esto, a lo que íbamos que por algo pagan. Anda... si no pagan... bueno, entonces... no, es, en fin.  Como decía antes de ser interrumpido por mi propia tontería, en los guateques lo que la gente escuchaba era el sonido de los vinilos, y si usted quiere aproximarse a esa experiencia de algún modo, pues mejor que escuche un vinilo. Y si quiere recordar como era ver la Bola de Cristal pues mírela con una televisión de pantalla de rayos catódicos.

¿Recuerdan “Más allá del límite”? Pues en su cabecera, dicen aquello de “ a su televisor no le pasa nada, no intente ajustar la imagen, nosotros controlamos lo horizontal y lo vertical...” (parafraseo) pues es una cabecera que juega con las características del tipo de televisión de la época.

Y como contraejemplo he encontrado como un sujeto de aspecto carcelario realiza una coherente demostración de que el sonido de los vinilos es mejor que el de los CD (para quien así lo sienta).


Señalo, por otro lado que recomiendo encarecidamente la radio que cito, especialmente los siguientes programas.


1 comentario:

Amaya dijo...

XD La demostración es genial.

Por replicar el experimento en otra modalidad distinta, he cogido uno de mis antiguos vinilos y lo he metido en el reproductor de CDs. Me he encontrado con unas primeras dificultades relacionadas con el espacio de la bandeja del reproductor, así que para solventarlas he aplicado un recorte sobre el vinilo - lo he acortado reduciendo su número de surcos - hasta que ha podido encajar en el dispositivo.

Tras estas adaptaciones, he encontrado los resultados contrarios: con el vinilo no hay sonido, y sin embargo con un CD la música suena clara y nítida.

Qué cosas.