miércoles, 17 de agosto de 2011

Tres sabios y la locura.





En la anterior entrada, hice una referencia a Cantor, Russell y Gödell, comentando como Russell demostró la inconsistencia de la teoría de grupos de Cantor y Gödell la inconsistencia de todo el marco matemático que pretendía crear Russell. Lo curioso, y el motivo de esta breve entrada es que de repente me parecen un curioso sandwich.

Verán, hoy me han prestado un libro de divulgación matemática de “El País” (bueno, de hecho un par), en el ejemplar “Un descubrimiento sin fin. El infinito matemático”, donde aparece una nota biográfica sobre Cantor.

Como es sabido, Gödell padecía un trastorno mental severo, hasta el grado que al morir su esposa, él pereció de inanición ante el agravamiento de sus delirantes temores de ser envenenado. Lo que desconocía es que Cantor requirió múltiples ingresos psiquiátricos (posiblemente por un trastorno bipolar), a los cuales acudía voluntariamente. Excepto, según dice la nota, el último que se produjo el mayo de 1917 en Alemania, de forma forzosa. Perdida su fortuna y estando el país perdiendo el conflicto bélico, Cantor se dirigió en sucesivas ocasiones a amigos y familiares quejándose de frío, hambre y soledad. Ya no salió de allí; murío el 6 de enero de 1918.




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