Como respuesta a la entrada, “Enfermedad Mental”
De una magnífica bitácora, que les animo a leer.
La Sociedad Japonesa de Neurología y Psiquiatría, cambió en 2002, el antiguo término "esquizofrenia" de "Seishin Bunretsu Byo" ("mente-dividida-enfermedad"), al termino "Togo Shitcho Sho" ("Alteración de la integración"). Al utilizar ideogramas, la palabra todavía era más estigmatizante. [1][2]
Por economía cognitiva integramos, extraemos pautas, clasificamos. Y así ordenamos también nuestro mundo social. Exceptuando los problemas claramente neurológicos, hay una pléyade de conductas que se salen de lo homogéneo (voy a evitar el termino "normal") sin clara base de malfuncionamiento, y a no ser que se esté en un subgrupo en los que se tolere la extravagancia, provocará como mínimo el ostracismo de los demás.
Incluso, quizás no sean las alteraciones primarias per se las más problemáticas. Por ejemplo, el rechazo social que provoca una conducta bizarra puede ser peor para el sujeto que ésta misma.
Ejemplo:
Así, podemos decir que pese a ser extravagante, la conducta del anterior personaje no sorprende demasiado dada su ocupación de escritor y cineasta. http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Arrabal
Otro ejemplo, esta vez de un premio Nóbel de literatura:
Ya ven, si queda bien y todo.
Como decía, la locura nos sirve socialmente para cargarle el muerto a un grupo que no puede defenderse, como las mujeres en la época del oscurantismo. ¡Las cosechas van mal! Pues nada... quememos a una bruja.
Por ejemplo, que se dice de dictadores como Hitler, responsables de gigantescas matanzas. Que estaban como cabras. Bloch, Kressel –1996- y Alford –1990-, apuntan como causa del holocausto nazi a la influencia de un psicópata.[3]
Entonces: ¿Ahora no hay psicópatas? ¿son psicópatas los banqueros?¿y los pilotos de bombarderos? (parece la letra de una canción).
Una persona con alteraciones que requieran atención profesional, a duras penas podrá ir a comprar el pan un mes seguido sin problemas. Cuanto menos hacerse con el poder de un país. Pero ya ven que nos gusta tener a alguien de chivo expiatorio. Y quien pierde por causas funcionales o biológicas la capacidad dialéctica o la correcta interpretación de los estímulos, es presa fácil.
Se me ocurre esta deficinición.
Locura; incapacidad de justificar la conducta verbal o topográfica ante a la sociedad.
Siquiera es la supervivencia la clave, piensen en los deportes de riesgo, los bonzos, los padres que se sacrifican por sus hijos, o el moje que se retira del mundo. Todos los anteriores, resultan coherentes ante su grupo.
Todo esto no quita realidad a la existencia de alteraciones del comportamiento y de las cogniciones graves e incapacitantes. Pero, es patente que queda mucho trabajo por hacer.
Referencias.
[1][2]
-Kim Y, Berríos G. Impact of the term Schizophrenia on the culture of the ideograph: The Japanese Experience. Schizophr Bull 2001; 27: 181-185.
http://schizophreniabulletin.oxfordjournals.org/content/27/2/181.2.full.pdf+html
-Sato M. Renaming schizophrenia: a Japanese perspective. World Psychiatry 2006; 5: 53–55.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1472254/
[3]
Jiménez Burrillo, J. (2004)La modernitat i els usos patologics del poder: l’holocaust nazi. En: Psicología de les relacions d’autoritat i poder. Fundació UOC: Barcelona.
Paginas web
http://es.paperblog.com/cuando-los-japoneses-cambiaron-el-nombre-de-la-esquizofrenia-33624/
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