miércoles, 20 de octubre de 2010

Más "Drunken Masters".

Sobre el estudio, unos dicen que hay que subrayar, otros, todo lo contrario. Que no, que la información se ha de elaborar a las bravas. Esquemas, resúmenes, repasos. Como el minero arranca el negro carbón de las entrañas de la tierra, así el estudiante ha de arrancar el conocimiento de la observación, de la lectura, de la conversación, de la reflexión y si le quedan ganas del experimento –eso sí, siempre con gruesas gafas, guantes de goma hasta el codo y una bata con botones en diagonal hasta el cuello-.
Existe alguna técnica de esas asombrosas; infalibles. Bueno, tal vez tengamos que volver la vista atrás, cuando aun se creía en las técnicas asombrosas. Retrocedamos 45 años con nuestra bata blanca y nuestros guantes de caucho –nada de goma, que estamos en el 65. Hay que cuidar el atrezzo-.

Skinner, basado o inspirado en su mismo condicionamiento operante,  propone para la enseñanza,:la “Enseñanza Programada”. Esta consiste en que a cada alumno, de forma individualizada, se le presenta un contenido breve. Ha de responder inmediatamente y recibe la respuesta. Así, progresivamente el conocimiento se va construyendo y reforzando. En 1966, Keller, colega de Skinner, desarrollo un programa algo más amplio basado en los mismos principios, el Plan Keller.

No es corriente -o al menos yo no he visto muchos- encontrarse con este tipo de textos. Recuerdo que utilicé uno, hace tiempo, sobre matemáticas de nivel medio, para preparar unas pruebas, y me pareció muy útil. A prueba de torpes, vamos –eso sí, hay que seguir las instrucciones fiel e incansablemente, casi dejarse llevar-. Supongo que todavía no existe ningún método educativo a prueba de “Ninis”.

Bien, al grano. Tengo aquí “Anatomía del sistema nervioso central. Texto programado”. De R. L Sidman y M. Sidman. De 1965. Publicado en castellano por Fontanella en 1978. Los autores son respectivamente medico y psicólogo, profesores en varias universidades y sitios de nombres chungos: Jarbar, Masachusets y todo eso.

En su introducción ya comentan que la enseñanza programada ha sido aplicada a materias a las que no se ajustaba correctamente. “Pero en el campo de estudio de la neuroanatomía –una materia de por sí compleja, intrínsecamente complicada, con vocabulario y un marco de referencia especializados- la enseñanza programada puede ser un gran instrumento formativo.” El diseño del texto fue apoyado por El Comité Harvard para la Enseñanza Programada.

El texto se compone de múltiples viñetas en las que se da información, se pregunta y se solicita señalar dibujos y tal. La progresión es muy lenta, muy repetitiva, retorna de vez en cuando a información anterior. El libro, calculo que a buen ritmo requiere por lo menos unas 20 horas. Pero, es capaz de remachar los conceptos de una forma sorprendente. Le he dedicado unas cinco horas –no, no voy a “buen ritmo”, olviden  lo de las 20 horas- y ya sé distinguir el núcleo caudado, el putamen, el globus pallidus, el fascículo interno, la cisura de Silvo, la calcalina; del derecho del revés, del lado izquierdo , del derecho, vuelta al derecho, vuelta al izquierdo, incluso creo que podría distinguir un ganglio basal en vuelo rasante.–pese al tono humorístico, el texto me parece una herramienta sorpréndete, pesada, eso si, pero muy interesante-.


La estructura del texto es más o menos así:

-El núcleo lenticular se compone del putamen y del globus pallidus. El globus pallidus es más medial, el putamen más lateral. Así el putamen es mas lateral que el __________. 
Vuelvan la página: (globus pallidus).

-El núcleo ________se compone de dos elementos el globus pallidus y el _______. 
Vuelva la página (lenticular, putamen)
.
-El putamen y el globus pallidus componen el ______ ______. 
Vuelva la página ( el núcleo lenticular).

-Sobre el núcleo lenticular formado de ______ ______ y _______ se encuentra el núcleo caudado (etc.)

Ya ven que al final uno se aprende lo que sea. Para cosas así, sinceramente, este método no es nada despreciable. ¿Qué el texto tiene 45 años?... desfasado... bueno, a la  anatomía cerebral no le ha dado tiempo ha cambiar demasiado –excepto, quizás,  en los tertulianos de Telecinco, claro-. Lo siento, no puedo evitarlo, disculpen...

Si Skinner le pudo enseñar a jugar al ping pong a palomas, tal vez a mi me podría enseñar a simular que entiendo a Lacan.

1 comentario:

Amaya dijo...

Genialísimo! XD

Respecto a la conclusión final, no creo que ni el mismo Skinner lo consiguiera.
La buena noticia es que no hace falta simular que se entiende a Lacan, al menos ante una audiencia. Si a cualquiera le toca dar una charla sobre el abstruso autor, los asistentes estarán demasiado atareados intentando simular lo mismo como para darse cuenta de la impostura del ponente :)

No parece un mal método, la verdad. De momento en 2 minutos ya me he aprendido la división del núcleo lenticular! :-O