lunes, 20 de septiembre de 2010

El Diablo y el Dr. Parnasus.


Al ver la escena del templo tibetano -o eso parece- de "El imaginario del Dr. Parnasus". No he podido evitar pensar en la reciente polémica sobre el libro de Hawking (qué no me parece tal. Y si no me creen ; miren el prólogo de Historia del Tiempo o léanse el tan traído y llevado libro -que está interesante-... que estas otras zanfainas, me “paice” a mi -aunque rústico y corto de entendederas, que soy-, que es más cuestión de interés de los señores libreros y de pereza de los señores periodistas, que llegan de vacaciones).

Dialogo:

Diablo.- ¿Qué hacéis aquí exactamente?
Dr. Parnasus.- Contamos al eterna historia
D.- ¿Y cual es exactamente?
P. - La historia que sostiene el universo, la historia sin la cual no hay nada.
D.-¿Nada?... ¿Quieres decir, que si dejas de contar la historia... todo el universo deja de existir?
P.- Haces que parezca sencillo.
D.¿Y tu lo crees?
P.- Nos ordenan para esta misión.
D.- Es absurdo pensar que puedas creer en algo tan fácilmente rebatible.
P.- No lo creo.
D.- Ya veremos...

(Aquí, el diablo, con una máquina, hace enmudecer las salmodias de los monjes del templo).

D.- Ahí... se detuvo la historia... no hay más historia... pero aquí seguimos. El fuego sigue ardiendo, sigue nevando, el viento sigue soplando. Nada ha cambiado. ¡Vamos! Alégrate doctor; te he liberado de todas esas ridículas tonterías. Ahora puedes hacer otras cosas con tus poderes, puedes... no sé... irte de compras, divertirte, puedes aprender un idioma extranjero, irte de crucero...

(Entonces, un halcón se caga en el bombín del diablo).

P.- ¡Una señal! ¡un mensaje! Ese pájaro es un mensajero de un lugar lejano, del que nada sabemos. Ahora lo veo todo muy claro. Esto no tiene nada que ver con nosotros. En algún lugar de este mundo, ahora mismo, alguien cuenta una historia. Muy diferente... una saga romántica... una historia de muerte imprevista... ¡no importa! Por eso seguimos aquí. No puedes evitar que se cuenten historias.
D.- Es una hipótesis débil.
P.- No lo creo.
D.- Oye, Seguro que no te gusta hacer apuestas ¿verdad?
P.- ¡¿Qué?!

2 comentarios:

Amaya dijo...

Sin duda la cantinela sigue y sigue a pesar de presentar canciones más armoniosas para entonar.

Bueno, parece que cada uno escoge su canción, así debe ser. Si al menos la gente abriera el oído a otras melodías...

Ayyyy (suspiro de decepción nostálgica :D )

Toni dijo...

hummmm... es una hipótesis débil. XD ;-)