domingo, 22 de mayo de 2016

Reflexiones ontológicas


Mario Bunge [1] plantea el tiempo y el espacio, al modo de Leibniz; como relaciones. No percibimos el espacio pero sí el espaciado de las cosas. No percibimos el tiempo pero si la secuencia de acontecimientos.  Así, el espacio es el orden de los coexistentes y el tiempo el orden de los sucesivos. De ahí se deduce que para que exista el espacio debe haber al menos dos objetos y para que exista el tiempo dos elementos secuenciales.
El otro día me decía la mujer, que había leído no sé donde que habían ciertas cosas que solo se podían comprender por la intuición. Otras, en cambio, solo se hacen accesibles desde la razón. Es decir, cuando nuestra forma de pensar de serie se torna inútil o incluso contraproducente es momento de pensar de otra forma, lógicamente (pero la formal no la del “sentido común”). De hecho, ese tipo de razonar, es similar al uso de herramientas. Tal como tomamos una piedra para machacar una nuez, nos forzamos a un tipo de pensamiento que nos lleva a unas conclusiones, a las que la intuición difícilmente nos hubiera llevado.
La explicación espacio temporal de Bunge me ha hecho recordar algún momento, que viendo algún reportaje, o leyendo algún texto divulgativo dicen aquello que en el Big Bang se creó el tiempo y el espacio. Por lo general,  mientras medito en estas cuestiones suelo mesarme la barba con la mano derecha, envuelto en la sabana que llevo a la lavadora cual sabio griego y me digo: –Es lógico, si antes no había nada y con el Big Bang todo se crea, de ahí debe salir el Tiempo y el espacio. –Pero, entonces me doy cuenta que mi mano izquierda, a trepado hasta mi coronilla y me la rasca torpe y lentamente. A esa sublevación se suma mi labio inferior que decide colgar inerte para terminar de convertirme en el reflejo de un simio anonadado. No, desengañémonos, desde el sentido común, de la lógica de andar por casa esas cosas no se entienden. Se aceptan a lo más. Sin embargo, la forma aséptica, matemática, de tratar el espacio y el tiempo que señalaba Leibniz nos hace más accesibles a la razón esos conceptos. No hemos de olvidar que la cosmología, se realiza sobre una pizarra, resolviendo ciertos tipos de ecuaciones.
Una de mis largamente sostenidas quejas es que en la divulgación, al simplificar algunos conceptos los hacen más inaccesibles que antes. Pueden imprimir la falsa concepción de comprender y lo que se comprende es la alegoría que se utiliza para explicar el fenómeno que sea. Circula un anécdota sobre Eintein (supongo que apócrifa como la mayoría) en la que un periodista le pregunta al científico si podía explicarle lo que era la relatividad y le respondió que si el podía explicarle cómo se fríe un huevo, pero, que se imaginara que él no sabía que era el fuego, el aceite, una sartén ni un huevo.
Con esto vengo a decir que sería más interesante introducir como se piensa, como se llega a ciertos conocimientos que otra cosa. El problema de una buena divulgación es que le quita el misterio a las cosas, queda la maravilla pero se va la fascinación de lo mágico, de lo milagroso. Pese a que mis conocimientos son muy limitados, creo que cierta divulgación no es más que entretenimiento puesto que no aporta un conocimiento real. Supongo que el caso más sangrante es el de la mecánica cuántica que al final viene a ser la física atómica moderna e intuyo que extender las propiedades que exhibe un electrón a las de un ser humano puede resultar fantástico pero no es lo más pedagógico del mundo. Epistemología, eso es importante. Muy importante. Saber cómo sabemos las cosas.
Antes de finalizar, en linea similar, quería hablar sobre un artículo [2] que versa sobre si las matemáticas son inventadas o descubiertas. Es una discusión muy larga, pero me ha parecido interesante la perspectiva que presenta el artículo que es la de Karl Popper. Sucintamente, viene a decir que las reglas las inventamos, pero las conclusiones las descubrimos. Inventamos un sistema de numeración y unas reglas para sumar, que 2+2 son 4 lo descubrimos. Vendría a ser como inventar el ajedrez y descubrir la defensa siciliana. Si les interesa lean el articulo es sencillo y corto. La matemática, puede considerarse que crea universos (conjuntos de elementos con sus leyes), y una vez dentro de ellos, descubrimos las conclusiones necesarias.
Digo esto último puesto que B. Peirce, definía las Matemáticas en la primera linea de su Lineal Associative Algebra [3] de 1882, como the sciece whitch draws necessary conclusions.
Citas

[1] Mario Bunge. A la caza de la realidad. Gedisa. 2006. Barcelona. Pág.335.
[2] Eduardo Harada. Las matemáticas ¿descubiertas o inventadas? La respuesta del realismo constructivista. Ciencia ergo sum. (12)2. 2005. Universidad Autonoma del Estado de Mégico, Toluca. Pág. 193-198. http://www.redalyc.org/pdf/104/10412212.pdf

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