miércoles, 25 de mayo de 2011

Metáforas geométricas en psicología.

Aquí tenemos algunas figuras relativas a modelos psicológicos.

Personalidad de Eysenck

Estructura del intelecto de Guilford

Pirámide de Maslow.

Modelo ecológico de Bronfenbrenner (círculos concéntricos).

Currículo espiral de Bruner.

 Por medio del uso de metáforas solemos establecer las analogías entre dos grupos de elementos.  

Por ejemplo, “Rebelión en la granja” de Orwell, tanto parece un cuento infantil como una crítica al sistema soviético.  Las fábulas tienen un argumento isomórfico con la historia a la que se hace referencia. Un caso clásico es el uso que hace Natán de la metáfora frente al rey David, obligándolo a autoacusarse.

También se pueden utilizar términos de un dominio en otro, por ejemplo, si hablamos de escritura y utilizamos términos culinarios (el libro recíen salido del horno, fue devorado por los hambrientos lectores) o argumentación y belicismo (Sus ideas ametrallaron el argumento del profesor, que intentaba replegarse a la fortaleza de sus datos).

De ambas formas podemos ver estas metáforas geométricas. Por un lado, como un uso de términos de la geometría en la psicología, cosa que no tendría mas que un interés literario.

Sin embargo, si las consideramos de la primera manera, al trasladar ciertas propiedades de la estructura de una figura matemática a un constructo psicológico, estamos ofreciendo información sobre su hipotética configuración. Sería un modelo con sus partes y como se relacionan. 

Imagine que quiere responder de una forma económica a las siguientes preguntas:

¿Cómo es el intelecto?
¿Cómo son las necesidades?
¿Y la personalidad?

Que se diga que las necesidades tienen forma de pirámide, nos está aportando una información. Provee una estructura a un concepto abstracto.

La idea no es tan extraña. Por ejemplo, la distribución normal, tan útil en psicometría, es la descripción de un fenómeno natural que puede describirse matemáticamente. No hay curvas de distribución por ahí, en al campo ¿verdad?

Otros fenómenos más o menos complejos, que obedecen a una pauta, pueden ser descritos por medio de relaciones entre elementos, esto es; matematicamente.
La idea de describir la realidad geométricamente no es nueva; recordemos a los pitagóricos.
La medición es de hecho, un uso metafórico de los números y sus relaciones. Y ya que no ahondaremos ahora en el tema, respecto a eso, me gustaría remitir al lector a la consideración de los niveles de medida de Stevens, autor que en 1946, estableció una teoría por la cual pueden medirse los elementos por medio de analogías de estos con los números.Cada nivel de medida; nominal, ordinal, intervalo o continuo, tendría unas propiedades. A mayor nivel, mayor información puede extraerse.

Por si no me explico bién, otro ejemplo; ¿Qué es más extraño? ¿decir tengo cinco latas, tengo una mano de latas, una “e” (orden alfabético) de latas o tengo; lata, lata, lata, lata y lata? La unica no extraña es la extraña: la literal, que nunca utilizariamos.  Las otras son analogías, metáforas al fin y al cabo (bueno, y tal vez, la última también es una analogía verbal, -significado<-->significante- de lo que debe existir en realidad. Aunque, de ese modo, todo conocimiento y lenguaje que lo vehicule, sería metáfora. Bueno, tal vez sea así, la vivencia humana como una metáfora de lo que debe haber ahí fuera, si es que hay algo).

Y ya para finalizar, señalar como también  el lenguaje cotidiano está salpicado de expresiones del tipo al que nos referimos: fui a cincuenta por hora, esto es 100% algodón.

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