miércoles, 12 de enero de 2011

¿Se ha de arriesgar al contestar en el examen?

La pregunta  a si se ha de arriesgar es rotundamente: sí, hay que arriesgar. Y ahora, hemos de preguntarnos: cuanto hay que arriesgar.
La respuesta sería contestar si se duda entre no más de 3 y dejarla en blanco si se duda en todas.
¿Por qué?

Bien, aquí una posible justificación. La fórmula más clásica de corrección del azar en los examen tipo test es:

                               Nº errores
P = Nº aciertos - --------------------
                          Nº alternativas – 1

Ejemplo:
De 100 ítems de un test de 4 alternativas. Si un sujeto contesto bien 60, falló 27 y no respondió a 13. ¿Qué puntuación se le asignaría corregidos los efectos del azar?

                  27
P = 60 - ---------- = 51
                4 – 1


Así. En el examen PIR. Lo más lógico sería que cada acierto puntuara x4 (en vez del actual x3) y cada error restara 1. Ya que se corrige el error como si el examen fuera de 4 alternativas y no de 5, como en realidad es.
Pero, pero, pero... (dicho cada vez más lentamente). La fórmula sólo puede aplicarse dados ciertos supuestos. Como por ejemplo, que de desconocer la respuesta, se responde al azar siendo todas las respuestas equiparables.
Así, no sería buena base, si se descartan algunas respuestas, como de hecho suele ocurrir en el examen. La corrección del azar en el examen actualmente, en la teoría ideal, correspondería a 4 alternativas (restando cada 3 errores una pregunta). 
Empíricamente ya se nota, que tal vez, “el corte” es dudar entre 3. Precisamente sería donde, por la corrección del azar responder incuso a ciegas puede ser beneficioso (ya que se nos “castiga”, como si fuera un examen –ideal- de 4 opciones).


Bibliografía:
Muñiz, J. (2003). Teoría clásica de los test. Madrid: Pirámide. Pág. 232-233.

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