jueves, 16 de septiembre de 2010

10:33 minutos luz.


Podía haber automatizado el mensaje, pero prefería mantener la ilusión de comunicación. En estos casos la orden era clara y estricta: mantenimiento y esperar instrucciones.  Su módulo de la Corporación Exominera, había caído en el casquete polar de un recóndito planeta. Planeta... un asteroide que gravitaba de forma extraña entre una amplísima red de otros cuerpos. Siquiera era un sistema solar. Aquello había sido una locura, era una autentica telaraña.

La supervivencia física hacía décadas que ya no era un problema. También, podía hibernarse, o tomar el Hipnosoma, pero, nadie quedaba igual. Ya había visto a algunos “recuperados”.

Al principio los mensajes eran S.O.S. protocolarios, pero, en su posición aquel maldita y gigantesca piedra lo mantenía enfocado a un sólo cuadrante. “En el eje, he tenido que caer, en el eje, maldita sea, en el maldito eje de esta ratonera”, empezó decir en sus mensajes.

Un día, a una hora desacostumbrada, emitió. Y a los 10:33 minutos empezó a recibir su propio mensaje. Nítido. Se quedó pálido y al momento lloró de alegría. 34 días después, tras escuchar su voz, otra vez, por 10:33 minutos, volvió a llorar. Pero esta vez mucho más tiempo, hasta que se durmió.

“Saludos asteroide cuadriculado, dado del diablo, estúpida raqueta de pingpong”;..“Saludos maldito asteroide cuadriculado, dado del diablo, estúpida raqueta de pingpong”. Con el tiempo empezó a enviarse mensajes, como dirigidos a el mismo. Esperaba esos 10:33 minutos con anhelo. Tal vez había perdido el juicio,  llegó a pensar... pero hablaba con alguien.

Pasaron algunas decenas de ciclos, y volvió a palidecer. El mensaje de vuelta estaba desordenado. ¡Wernicke!, fue la palabra que se le iluminó en la mente. Apagó la radio y se sentó desolado. El aislamiento, la rutina... algo no iba bien, pero no quería pensar.

A los 34 días, temeroso, sintiéndose extraño. Acercó sus labios al comunicador y exclamó:

"tac-tac... om... tac-tac-tac-tac-tac... om... tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac ... om ... tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac."

Miró el estante, a los comprimidos de Hipnosoma... a la cámara de hibernación. Tembló y esperó.

Y el receptor replicó:

"tac ... om-om-om ... tac... om-om-om-om-om-om-om... tac ... om-om-om-om-om-om-om-om-om-om-om-om-om... tac."

Notas:
Imagen enlazada de:
http://www.tecnologiahechapalabra.com/tecnologia/genesis/articulo.asp?i=4605

1 comentario:

Amaya dijo...

**** Aplausos enérgicos ****