miércoles, 20 de agosto de 2008

Lírica V.0.1


Odio la poesía,
su execrable armonía.

Los cantares en carne viva.
Y los lunares, en huesos muertos.

Amo la poesía,
su blanda tontería.

La tranquilidad del cegado.
Y la oscuridad, del deslenguado.


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