miércoles, 31 de diciembre de 2008

Psi. Evolucionista una introducción.

“Introducció a la psicologia evolucionista”.

Aquí teniu l’enllaç de la portada del llibre.

http://www.amazon.co.uk/gp/reader/1840460431/ref=sib_dp_pt/278-0476306-4065269#reader-link


Aquí l’enllaç de descarrega en “megaupload”. (En PDF, 27Mb). Si vos interessa el tema, vos agradarà. (pel contrari, si no vos interesa, vos serà indiferent, es clar :-) ).

http://www.megaupload.com/?d=43COFYSK


Forma part d’una col·lecció que es dedica a introduir a diverses matèries amb un format híbrid entre còmic i llibre, molt amè i entenedor. Està en angles però és fàcil d’entendre (poca lletra i molts dibuixos).


Aquesta és una perspectiva molt interessant que torna a la psicologia al camí de les ciències biològiques.


http://psicologiaevolucionista.blogspot.com/

http://www.uv.es/metode/anuario2001/115_2001.html

sábado, 27 de diciembre de 2008

Pues: no hace gracia.


"Entonces fué cumplido lo que se había dicho por el profeta Jeremías, que dijo:
Voz fué oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido: Raquel que llora sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Mas muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José en Egipto."

Reina valera. Mateo 2:17-19

Sumidos en la vorágine navideña, hoy es el día de los santos inocentes, día que la mitología cristiana señala como una jornada de mantaza de infantes y también es el homónimo de una novela de Miguel Delibes, en donde una humilde familia extremeña sufre la atroz crueldad de la vida.

Hace unos meses en un mercadillo encontré una novela de este autor vallisoletano. Le pregunte al tendero el precio de dos libros, uno era el “Libro Rojo” de Mao y el otro “Las guerras de nuestros antepasados” de Delibes. Ya que hoy estoy mal hablado (les pido que por un dic al año sean ustedes condescendientes conmigo y me permitan expresarme así) diré que el libro del dictador de Mao no me importaba una puta mierda, pero como me debió ver cara de gilipollas, el capullo del vendedor me dijo que el libro granate valía 3 euros y el de Delibes 1 euro. Bueno, no voy a extenderme con calificativos escatológicos sobre lo que podía hacer el gentil feriante con el Libro Rojo.

En fin, que adquirí muy amablemente el libro de Delibes, que solo he hojeado, el primero escrito después de la muerte de su esposa. El hombre debía quererla... La novela es una especia de conversación entre un paciente y su psiquiatra. Tres años de sequía para una triste novela del autor de los Santos Inocentes.

Nada, que hoy es el 28 de diciembre día de los santos inocentes, cada día tengo menos sentido del humor. Discúlpenme pero observar a la gente en esta época me arrastra hacia la misantropía. Podría despotricar muchísimo más pero me contengo por respeto a usted, amable lector.

En fin, pues eso, día de bromas , día de los santos inocentes, los infelices se retuercen en su sufrimiento y nosotros los estúpidos en nuestra ceguera nos alegramos y vivos expresamente ignorantes de la atroz suerte que nos aguarda.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Las medidas de Venus.

Es desgraciadamente conocido el impacto que tiene en nuestra sociedad la imagen de delgadez insana que propugnan las campañas comerciales. Conocido fue el caso de la pasarela Cibeles en la que las autoridades tuvieron que estipular un índice de masa corporal mínimo para las modelos. Tristemente esta influencia puede cristalizar favoreciendo la aparición trastornos alimentarios que comprometen la vida y la salud de quien los padece. Pero, sin ir al extremo de la enfermedad, estos cánones acomplejan gratuitamente a muchas mujeres, y especialmente, a adolescente en proceso de formación de su autoimagen, al hacer bandera de ideales de belleza y salud estúpidamente irreales.

Esta tendencia se ha medido en un estudio que compara el cociente cadera-cintura de las señoritas del delegable central de la revista “Playboy”, este ratio ha ido aumentando progresivamente desde los años 50 a los 80 en donde ha quedado cercano al 0’68. [2], (el artículo manifiesta que en las dos últimas dos décadas las modelos están por debajo de su peso ideal).

Para que se hagan una idea (no, no voy a poner ilustraciones!) el famoso “90-60-90” correspondería a un cociente cadera-cintura de o’66. de esta manera:

0’6 = 60 cintura, 100 cadera
0’55 = 60 cintura 110 cadera.

Fíjense en las anteriores cifras porque les servirán para comprender los datos que seguirán:

Existen estudios, que pese a no explorar la autoimagen femenina, si que señalan hacia alguna característica de belleza femenina “natural”, más allá de la moda, ofreciendo una justificación evolutiva coherente. Curiosamente los cánones estéticos femeninos que acompañan a la humanidad desde la antigüedad no son precisamente los de la "Gloria Becam" (pregunten a Rubens, Goya o a los que esculpían las Venus paleolíticas).

Diferentes estudio muestran una preferencia masculina por mujeres de caderas anchas (cociente cadera-cintura inferior a 0’7), En un estudio se compararon 2 poblaciones masculinas, una africana y otra estadounidense, mostrándoles una serie de perfiles femeninos desde un ratio de cociente cadera-cintura de 0’75 a 0’55 [3], y frente a las diferentes figuras femeninas se les preguntó, que mujer les parecía más saludable, cual les parecía más atractiva y cual elegirían por esposa.

En las graficas de respuestas, la población de varones americanos en las tres preguntas respondieron en forma de curva de campana con el vértice en 0’65. En cambio los varones africanos (Hazda), mostraron distribuciones de respuestas diferentes, tendiendo a elegir en las tres preguntas de forma desplazada hacia los índices que indican caderas más anchas (0’55 –0’65). Las opiniones eran también más variadas, no apareciendo la distribución en curva de campana de la muestra de hombres occidentales.

Para ejemplificar los comentarios anteriores, he vuelto a confeccionar una gráfica que aparece en el estudio que compara la población de varones americanos y la de varones Hazda al preguntarles sobre que silueta femenina les parecía más atractiva.

Esas diferencias hacen pensar en que las preferencia del hombre occidental pueden estar moduladas por la imagen que muestran los medios de comunicación. O seguramente porque la opulencia de nuestra sociedad occidental hace menos vital para la supervivencia de la especie una acumulación de grasa importante en la figura femenina. Sea como fuere, queda manifiesto la percepción de atractibilidad de las figuras femeninas redondeadas en la zona gluteofemoral.

Y llegados aquí podemos preguntarnos: ¿Existe una explicación evolutiva para esta particular sensibilidad de nuestra especie hacia la redondeada figura femenina?

Pues un artículo de William Lassek y Steven gaulin, publicado en 2008 en la revista “Evolución Humana y conducta[1], ofrece una explicación biológica muy interesante para esta preferencia de los hombres por las mujeres de caderas gruesas.

Parece ser que un bajo cociente cadera-cintura (mucha grasa acumulada en la zona gluteofemoral), no es un predictor ni de fertilidad y de mayor supervivencia. Así, la tesis que defiende es que en la especie human en que el cerebro debe crecer de forma acelerada tanto en la gestación como en el primer año de vida, necesita de un especial aporte de ácidos grasos (teniendo en cuenta la composición bioquímica del cerebro). Y esa grasa está en las caderas femeninas.

La mayor cantidad de grasa que acumulan las mujeres en infancia y pubertad es gluteofemoral (unos 10-20 Kg.,) esa grasa esta metabólicamente protegida hasta el periodo de embarazo y lactancia, momento en que es movilizada de forma selectiva.

Algunos estudios en poblaciones pobres han descrito una “reducción maternal” progresiva de los depósitos de grasa gluteofemoral en las mujeres después de la gestación y lactancia van perdiendo que habían sido depositados en periodos juveniles de su vida.

El estudio afina más y señala que la grasa gluteofemoral es distinta que la abdominal, incluso tiene efectos diferentes sobre el desarrollo neurológico de los hijos. La grasa de estos depósitos es rica en ácidos poliinsaturados de cadena larga, especialmente omega-3 y ácido docosahexaenoico estos son críticos para el desarrollo cerebral de fetos y bebes, los ácidos poliinsaturados de cadena larga conforman aproximadamente el 20% del peso en seco del cerebro humano.

Como contraste, la grasa abdominal reduce los índices de una enzima que necesaria para la síntesis neurobiológica de los ácidos grasos antes comentados. Estudios (que marcan los ácidos grasos con radioisótopos) señalan que entre el 60-80% de esos ácidos grasos en leche materna proceden de los depósitos grasa de la madre.

Aquí decir que un último estudio (se publica en 2009, aunque ya está disponible la versión electrónica) sobre circunferencia de caderas, prominencia del abdomen y atractibilidad, en el que se utilizan figuras femeninas en 3 dimensiones (metodología muy parecida al estudio comentado al principio del post [3]), señala la distancia entre el ombligo y la espalda, como el mayor estimulo negativo de atractibilidad (señala la grasa abdominal como no atractiva en la mujer) [4]. Dato sobre lo que parece atractivo en una mujar coherente con la información anterior.

Vistos estos datos y pensando en el medio en que se formo nuestra conducta (medio ancestral), la acumulación de grasa gluteofemoral era vital para la correcta formación cerebral de neonatos y bebes con un rapidísimo crecimiento cerebral que demandaban grades cantidades de ácidos grasos específicos. Este dato puede contestar la pregunta que hicimos con anterioridad sobre la bondad de las curvas femeninas (pese a la pasarela Cibeles).

En resumidas cuentas, señoras y señoritas, no se preocupen demasiado estas navidades por acumular un poco de grasa en las caderas, ya ven que la ciencia las respalda :-).

¡Felices fiestas!

Notas

[1] Lassek, W., Gaulin, S. (2008). Waist-hip ratio and cognitive ability: is gluteofemoral fat a privileged store of neurodevelopmental resources? Evolution and Human Behavior. 29, 26–34.

[2] Katzmazyk, P., Davis, C. (2001). Thinness and body shape of playboy centerfolds from 1978 to 1998. International Journal of obesity. 25, 590-592.

[3] Marlowe, F., Apicella, C., Reed, D. (2005). Men’s preferences for women’s profile waist-to-hip ratio in two societies. Evolution and Human Behavior. 26, 458–468.

[4] Rilling, J., et all. (2009). Abdominal depth and waist circunference as influencial determinants of human females attractiveness. Evolution and Human Behavior. 30, 21-31.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Repercusiones de leer novelas de Stanislaw Lem.

Después de leer algunas novelas de este imaginativo, a la vez que metódico, autor de ciencia ficción [0] (sus personajes son auténticos científicos), me he propuesto un ejercicio de humilde relativismo, intentando socavar nuestro tan típico antropocentrismo, considerando nuestra conciencia como una adaptación evolutiva más.

Así, del mismo modo que ante los mismos desafíos físicos, se seleccionan soluciones anatómicas equivalentes (alas de aves, alas de murciélagos), es razonable pensar que los seres vivos lleguen a las mismas soluciones psicológicas tanto de simulación (sujetivas) como comportamentales (observables u objetivas).

En un libro de divulgación sobre mirmecología aparecen unas ilustraciones en donde hormigas muestran comportamientos de sumisión en luchas ritualizadas [1] de forma equivalente a como lo hacen muchas especies de mamíferos sociales. Esto refuerza la idea anterior, que existen soluciones conductuales seleccionadas por su eficiencia. Estas soluciones pueden estar en el soporte que se quiera, en una red neuronal en el ganglio de un insecto o un cluster neuronal programable de un mamífero.

Como decíamos, si ciertas soluciones conductuales son generales en el reino animal, ¿Por que motivo no han de serlo también ciertas capacidades autoreflexivas?

Por ejemplo; tal como los murciélagos disfrutan de su fantástico sonar para entender su mundo, nosotros disponemos de un sistema de simulación que llamamos conciencia (para entender nuestro mundo). Seguro que de la misma forma en que nosotros somos capaces de, por el sonido, saber si una habitación a oscuras está vacía o llena de muebles, los mismísimos murciélagos deben tener de igual manera un atisbo de autoconciencia.

Debido a nuestra ascendencia evolutiva, resulta una lógica conclusión el pensar que nuestra conciencia apareció como un simulador de interacciones sociales.

Y dada nuestra particular forma de vida social, esta conciencia también nos es útil como transductora de pulsiones y emociones a símbolos. Permitiéndonos elaborar este magma reptiliano que de otro modo no encontrarían ni salida ni satisfacción en un contexto social, llevando al sujeto a entrar en conflicto con el mismo y con el grupo. Los símbolos nos permiten gestionar nuestras pulsiones tanto hacia nosotros mismos como hacia otros.

Por otro lado, si nos tomamos la molestia de desligar nuestra conciencia de nuestra capacidad de fabricación de objetos y mecanismos, sin intentar justificar la singularidad de nuestra conciencia con estas capacidades. Tal vez nos diéramos cuenta de que entonces somos tan singulares como cualquier otra especie.

Tanto los insectos sociales como las aves cantoras, estimulan conocimientos en las generaciones siguientes. En dos artículos sobre aprendizaje social (de los que señalo unas líneas), se muestra que existen unos patrones trasmitidos filogenéticamente que necesitan de estimulo social para desarrollarse:

Especie tras especie de pájaros cantores han mostrando un desarrollo anormal de sus canciones al ser privados en su juventud de la oportunidad de aprender de otros ejemplares adultos. La ubicuidad de las tradiciones geográficas cantoras, frecuentemente tan restringidas y tan bien definidas que no podemos vacilar en identificarlas como dialectos locales, señalando el papel generalizado del aprendizaje local en el desarrollo vocal aviar”.[2]

Aunque la mayoría de estudios sobre el aprendizaje social se ha llevado a cabo en vertebrados, en la literatura se han descritos numerosos casos donde aparece que insectos aprenden por observación y por lo tanto disfrutan de formas complejas de aprendizaje social”.[3]

Es posible que no nos lleguemos a comunicar realmente, tal vez ese simulador social, ese trasductor de pulsiones a símbolos que llamamos conciencia, solo utiliza símbolos que estimulan de forma refleja patrones que ya existen en el otro.

Por favor, pongan la radio, los Cuarenta Principales y escuche 4 o 5 canciones... ¿No trasmiten todas la misma información? ¿No es en el fondo la historia de la humanidad una inmensa redundancia?

Que más da que trasmitamos trinos, zumbidos de alas membranosas o símbolos. El hecho que dispongamos de un sistema que nos considera dentro de la misma representación que hacemos del mundo, no quiere decir que seamos más sensibles que otros animales.

Por último y aunque ya se que es un tópico compararnos con esos animales... Pero, si perdiéramos nuestra capacidad de fabricar herramientas y establecer sistemas de orden complejos (y sus consecuencias), mientras conservamos esa misteriosa conciencia; ¿En que nos diferenciaríamos realmente de los delfines? (Y no acepto “en el pulgar” como respuesta).

Visto lo visto, especialmente el ejemplo de las aves y las hormigas, me atrevería a ponerle moraleja a este articulillo (rompiendo una lanza por el innatismo):

Se puede instruir y se puede estimular, pero difícilmente puede “enseñarse” algo.


A la meva dolça musa del Mas.


Notas.

[1] - Hölldobler, B., Edwad, O. (1996). Viaje a las hormigas. Una historia de exploración científica. Barcelona: Crítica

[2] - Marter, P. (1997). Three Models of Song Learning: Evidence from Behavior. Journal of Neurobiology, 33 (5), 501.

[3] - Reznikova, Z., Panteleeva, S. (2008). An ants eye view of culture: propagation of new traditions through triggering dormant behavioural patterns. Acta Ethnological, 11, 74.

[0]. Solaris, El invencible, Eden.