viernes, 23 de noviembre de 2007

Guía básica de interacción social para Nerds

Introducción.

Existen diferentes grupos de individuos, Nerds, Geeks, doctorandos y demás fauna, que ante situaciones sociales cotidianas, se encuentran desorientados.

Esta pequeña guía viene a dar unas instrucciones básicas de interacción interpersonal. Para asegurarnos de que nuestras indicaciones no empeoren las cosas, la guía está inspirada en el comportamiento de los primates .

El estado de interacción neutro.

Si usted se encuentra en una situación social, en general, si se mantiene callado y sentado en cualquier rincón, los otros individuos tenderán a no molestarle. Intente parecer ocupado con su Palm o con cualquier objeto de cristal que contenga líquido. Mientras no cambie su estado, se encuentra usted en el conocido “Estado de Interacción Neutro” (de interacción inexistente o de no interacción –según el autor-), así que no tiene de que preocuparse.

La acción inicial.

El estado de interacción neutro (en adelante EIN), se verá alterado por la acción de otro individuo. En general usted puede reconocer que intentan interactuar con usted por los siguientes factores (véase imagen a.)


Imagen a.


a. El sujeto le mira.

b. El sujeto emite algún sonido vocal (los cuales pueden codificar un mensaje complejo o no)

Ejemplos:

¡Hola! ¿Cómo te va? –mensaje complejo-.

Ieep! Ejm! – sonidos comunicativos simples-


c. El sujeto puede acompañar la voz con ademanes, generalmente en la dirección en la que usted se encuentra.

Si se dan estas tres variables puede tener usted una gran seguridad estadística de que el sujeto (o grupo de sujetos) intenta interactuar con usted.

Una vez iniciado el proceso comunicativo usted no puede ignorarlo sin consecuencias. El sujeto podría tomarse su no interacción, como un acto comunicativo que indica desprecio o incluso agresión. Así, cualquier sujeto puede hacerle salir del EIN en que usted se encontraba inicialmente.


La interacción

Como reacción a esta acción usted puede optar por la respuesta más segura de la cual existe evidencia empírica. Siga el siguiente protocolo. (Ver imagen b.)

Imagen b.


1. Sonría (Así indicara al sujeto que usted ha abandonado su anterior EIN)

2. Cabecee (Así indicará al sujeto que ha detectado la señal acústica que emite)

Lo siguiente que tiene que hacer (especialmente si existe un grupo numeroso) es pronunciar un mensaje verbal corto, gramaticalmente bien construido, pero de significado simbólico absurdo o ambiguo (también conocido como chiste malo).

Ejemplo:

-Va un pez por el mar y se encuentra a otro, y le dice:

-¡Oye! ¿Qué hace tu padre?

-¡Nada!

Ahora repita los pasos 1 y 2.

En este punto, si los sujetos, realizan las conductas 1, 2 ó las dos a la vez; ¡enhorabuena! ¡Ya ha iniciado usted una interacción social! (El resto se autoconfigura sólo).

Por otro lado, si después de un periodo de tiempo prudencial (de 10 segundos a 60 segundos –si es usted muy valiente-) de silencio sepulcral ante su mensaje verbal corto, gramaticalmente bien construido y de significado simbólico absurdo o ambiguo.

Diga y haga lo siguiente.

-Sufro del síndrome de “...” (golpéese la nuez y expire. Cosa que le hará pronunciar una expresión de fonética alemana muy convincente), y tengo que ir fuera –puede añadir que este síndrome cursa con afonía y dolor traqueal-

Una vez dejen de prestarle atención retornara usted espontáneamente al EIN.


Próximamente: “Como modificar el EIN de forma autónoma. Guía avanzada de interacción social para Nerds”.

Lamento


Yo tenía un dios -uno de tantos-, pero un día lo olvide, como quien se olvida de vivir, y él me abandonó.

Este olvido fue fruto de otras pérdidas, nació en el momento en que se pierden las ilusiones de la primera juventud, cuando parece que el único fruto del trabajo es (en esencia) el mero comer y beber.

Y entonces, empiezas a desear menos, tan sólo vivir una vida sencillísima, que de tan sencilla apenas merezca el nombre de vida, y dejar ya de engañarse presa de este escaparate de luces enloquecidas.

A veces recuerdo a ese dios que olvidé, que no es nadie ni nada, quizás tan sólo el vacío que sostiene al que camina sin esperanzas. Me pregunto, por qué camina uno, en vez pararse aquí mismo. Esa esperanza absurda, tal vez sea el Dios de muchos.

...

Me pregunto, si el dios que yo olvide y que me abandonó, si él me recuerda cuando me abandono.

viernes, 9 de noviembre de 2007

El resultado de contemplar como dormita un perro de madrugada.


De las moradas Esta madrugada miraba a uno de mis perros que dormitaba sobre una alfombra, y me dio por meditar sobre los problemas que deben tener los perros.

Al acariciarlo, al tocar su pelaje espeso y basto, me percate de su estructura adaptada a la intemperie.

¿Por qué los perros no caen en la trampa del consumismo? ¿será que son completos cual Buda y no necesitan nada?

Tal vez nosotros no seamos más que un perro, tal vez no necesitemos tanto como tenemos, tal vez nuestra vida podría ser mas rica si prescindieramos de tanto trasto que sólo sirve para alimentar nuestro ego, marcar diferencias con nuestros iguales o calmar nuestro nihilismo.

Y otra vez, tal vez (valga la redundancia) lo que han clamado durante siglos nuestros filósofos y predicadores es lo que enseña cada día el mundo vivo.

Nos afanamos tras las artes y las ciencias buscando “noseque” mundo ideal, que debe cumplir con el requisito de ser obra humana. Mientras, se vidrian nuestros ojos sin llegar a contemplar el mundo que ya existe, el real, el del perro que se tumba indiferente en el suelo frío y que come cuando se lo indica su estómago y no cuando lo marca una máquina que mide unas unidades de algo que llamamos tiempo, pero cuya existencia no es siquiera demostrable fuera de nuestra percepción de los giros acompasados de un engranaje.

Dicen que la opinión de los filósofos sobre si los animales son conscientes de su existencia o no, se divide en dos grupos; los filósofos que tienen perro y los que no.

En mi humilde opinión (tan válida o tan execrable como la de cualquier otro), la conciencia me parece una cuestión de grado.

Somos unos animales (en el buen sentido) que trabajamos con la información, tenemos un órgano hiperespecializado que nos ayuda a hacer simulaciones y somos capaces de transmitir o más bien, de recrear nuestra actividad mental en otras mentes similares a la nuestra.

Tal vez la comunicación interpersonal no debería entenderse como un flujo de datos, sino como colecciones de signos que recrean ”en el otro” los estados internos del emisor. Ejemplo; Un ordenador no se puede comunica con una tostadorar. El ordenador “a” necesita un ordenador “b”, con elementos equivalentes. Que son activados por influjo del primero.

Desde cierto punto de vista, el ordenador no transmite “nada”, si transmitiese “algo”, se lo podría transmitir también a la tostadora.

Y ya que estamos divagando, me pregunto: ¿y qué hay de toda la información acumulada desde épocas remotas por nuestros antepasados? ¿No podríamos decir que exite cierta información que se transmite en las mismas estructuras neurales?

Una vez más, una tonta observación empieza a generar preguntas, de las que a su vez florecen otras. Tal vez tendría que haber despertado al perro e irme a pasear con él, en vez de perder el tiempo de estas maneras.


Agradecimientos:
A Felicidad Espinosa, por sus correcciones y por limitar mis expresiones menos amables.

martes, 6 de noviembre de 2007

Sobre las decisiones y la libertad humana.

No voy a intentar persuadirles de nada. Si les llama la atención el título del post, sigan los enlaces de estos experimentos, ya clásicos, y opinen por ustedes mismos.

Experimento de Asch.

Experimento de Milgram

Experimento de Zimbardo

Nota.
Aunque, claro... Al presentar una información seleccionada, ya estas intentando obtener una opinión determinada. Pero bueno, los resultados, son los resultados ( ¡A mi que me registren!).